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¿Qué es la equivocación?

¿Qué es la equivocación?

No se equivoca el hombre que ensaya distintos caminos para alcanzar sus metas, se equivoca el que por temor a equivocarse, no camina…

No se equivoca el hombre que busca la verdad y no la encuentra, se equivoca, el que, por temor a errar, deja de buscarla…

No se equivoca quién expresa sus sentimientos y es rechazado, se equivoca, el que, por temor al rechazo se queda en silencio y no dice su amor a otra persona.

No se equivoca el hombre que empieza a cambiar dando pequeños pasos; se equivoca el que por tratar de dar un giro total a su vida, nunca da el primer paso que inicia el camino que lo llevará a dar la vuelta al mundo.

No se equivoco Cristo al morir por amor en la Cruz, se equivoca, quién por temor a conocerse no acepta su mensaje de salvación.

¡Es cuestión de proactividad!

Después de un largo periodo de ausencia, nuevamente con ustedes queridos amigos. Antes de entrar con el tema titulado “proactividad”, quiero contextualizar un poco a las personas que siguen de lejos este blog y quiere conocer cuál es “el aquí y el ahora” (frase que puso de moda el técnico de futbol Javier Álvarez) de la parroquia Espíritu Santo. Pues bien; la parroquia ha cambia de párroco, se ha ido un gran hombre que realizó muchas cosas importantes por la comunidad, él Pbro. Álvaro Arango, y en su reemplazo han enviado a otra gran persona que no puede ser indiferente a lo ya sembrado y cultivado, es él Pbro. Germán Rodrigo Ramirez, quién desea continuar con los procesos de nueva evangelización y toda la dinámica traída hasta el momento en la parroquia. Ahora sí entremos al tema.

En muchas ocasiones nos hemos preguntado: ¿será que no merezco ser feliz? Existen ciertas situaciones en la vida que hacen el que nos formulemos esta pregunta. Por ejemplo: Llevamos tiempo de estar solos sin encontrar aquella persona idónea, o después de intentarlo una vez más, no ingreso a la universidad. O no he podido conseguir trabajo. Etc. etc…

Pues la verdadera respuesta es un “no”. Pues es él Dios mismo quién quiere que sus hijos sean felices. Todos nosotros estamos llamados a ser felices, pero la felicidad al igual que la comida, el trabajo, el abrigo, los amigos, hay que buscarla.

Amigos y amigas, tenemos un gran problema, y personalmente me involucro en el estado de esperar, porque hace algunos tiempos esa era mi manera de pensar. Uno cree que merece algo, solo por el simple hecho de sentarse a esperar que llegue servido en bandeja de plata. Como eso no va a suceder entonces las personas empiezan a generar estados emocionales de molestia, rabia, frustración, dicen cosas como “Maldita sea. Yo hago las cosas bien. Me merezco esto.” Las personas se vuelven pasivas en lugar de proactivas.

Muchos de nosotros nos sentamos, miramos por la ventana y soñamos con ser famosos, admirados, ricos y exitosos. En realidad eso no le pasa a la mayoría de las personas. Sin embargo la pregunta es si nuestros deseos y fantasías se hicieran realidad de la noche a la mañana ¿seríamos capaces de valorar y apreciar esas cosas de igual forma que si hubiéramos trabajo y luchado duro por conseguirlas? Con seguridad la respuesta sería otra vez: NO. De hecho, es en el proceso de luchar por las cosas que conseguimos la mayor parte de las recompensas, y ahí viene lo que llamamos felicidad.

Esfuérzate tal como lo harías para obtener cualquier otra cosa. Necesitas ser proactivo, en lugar de ser reactivo.

¿Es necesario esforzarse para conseguirlo? Si nuestra situación de depresión consiste en el estar solos y no encontrar una pareja, lo primero que hay que cambiar en la mente, es que si lo merezco. Lo segundo que hay que hacer es esforzarse para conseguirlo, esfuérzate por conseguir un buen hombre o una buena mujer para tu vida, así como te esfuerzas para conseguir trabajo, por iniciar un negocio, por graduarte, por terminar tus estudios.

Algunos dirá: He trabajo arduamente para conseguir lo que quiero y sueño, pero no he conseguido nada. He realizado gran cantidad de cosas pero nada, hasta me he salido de lo normal y de los esquemas. La respuesta para estas personas y para nosotros mismos es: “ sigue por ese camino… sigue haciendo cosas”.

Hablemos del mundo profesional, por ejemplo. Algunas personas no llegan a ser exitosas en su carrera sino hasta los treinta o los cuarenta. Si ellos se hubieran detenido por sus experiencias negativas iniciales, cuando iniciaban su carrera profesional, no hubieran llegado al nivel de éxito del cual disfrutan con el tiempo. Por ejemplo, Abraham Lincoln perdió cinco elecciones presidenciales antes de que fuera elegido como presidente de Estados Unidos, Muchos hombres de negocios exitosos han fracasado estruendosamente, pero ha perseverado para lograr sus sueños.

Siento que la cultura actual tiene una extraña compulsión por lo inmediato, por lo rápido, por “garantía de 30 días o le devolvemos el dinero”. Conseguimos el éxito en diferentes momentos de nuestras vidas y lo mismo sucede cuando hablamos del equilibrio y libertad emocional. Así que no es una buena idea compararte con el éxito de los demás, ni reparar en que ya se casaron y tú aún no lo haces, que ya tienen novia y tú aún no. Necesitas vivir tus experiencias tal y como ellas llegan con el fin de que logres los aprendizajes necesarios para que cuando los diferentes éxitos de la vida te lleguen sepas aprovecharlos. Muchos se han apresurado y han terminado odiando sus nuevas vidas. Como decía Truman Capote: “Hay más lágrimas derramadas por los deseos cumplidos que por los no cumplidos.”

Empieza a mirar la vida como un largo camino donde no existe un plazo estipulado para lograr las cosas. La vida está llena de paradojas que es bueno revisar: algunos tienen éxito demasiado jóvenes y eso los lleva a excederse y perder lo que han logrado, otros han fracasado en su juventud y han triunfado en su madurez. Quítate de la cabeza la idea de que tienes que necesariamente tienes que graduarte a los 23, tener maestría a los 25, tener novia a los 18, casarte a los 30. Deja este pensamiento convencional a las ovejas que hay en nuestras sociedades, siguiendo lo que otros hacen y dicen que hay que hacer. Puede que tengas tu primera relación significativa a los 23, a los 25, a los 27, a los 30 ¿y a quién le debería importar o afectar eso?

No sigas cayendo en las trampas de la pasividad, en no seguir trabajando, a pesar de que no hayas tenido el éxito que espera, sigue perseverando y el éxito que buscar te llegará. Cada derrota es un aprendizaje y hará que tu éxito a la postre sea más contundente. Y no olvides que Dios bendice el esfuerzo.

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