Demasiado Tarde
Oración inicial
señor Jesús, esta noche quiero entregarte todas mis culpas, en especial aquellas que están en lo profundo de mi corazón y allí están clavadas con espinas como si se tratase de una rama el cual le da vueltas a mi corazón. Pero hoy señor no quiero vivir más con ellas, son viejas y están añejando el dulce néctar de mi corazón, te las entrego a ti señor para sentirme en paz, porque en ti soy libre.
Salmo 50
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado:contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón,en el juicio resultarás inocente. Mira, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me inculcas sabiduría. Rocíame con el hisopo: quedaré limpio; lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados. Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa. Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso: enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti. Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios, Salvador mío, y cantará mi lengua tu justicia. Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza.
Reflexión
recuerdo una charla con la profesora Inés cuando me encontraba en séptimo año en el LMM. Era la clase de ética y estábamos tocando el tema de la reconciliación, debatíamos lo importante que era el estar en paz y en especial con los seres queridos. Había diversidad de opiniones sobre el tema; de repente la profesora Inés se deja venir con tremenda historia la cual discerniría cualquier tipo de opiniones sobre el asunto la cual nos conduciría a una sola conclusión. Está historia no estaba muy lejos de nosotros, se trataba de una ñiña que también estudiaba en el mismo colegio y que en una tarde cualquiera llena de sentimiento necesito desahogarse y contar sus penas para sentirse un poco mejor. La profe comenzó a contar sobre la familia de aquella joven, la cual estaba conformada por su mamá y hermano mayor quien era la persona que trabaja y por lo tanto asumía con todos los gastos del hogar. Un día cualquiera, “de esos los cuales se quieren olvidar” la joven sostuvo una discusión muy fuerte con su hermano en donde se tocaron palabras de grueso calibre y sin medida se perdió el respeto terminando en un odio profundo por ambas partes.
-¡Profesora… ha pasado tanto tiempo desde aquel día en que peleé con mi hermano! Han pasado un poco más de tres años y hasta hoy todavía ni nos hablamos… que triste profesora es la situación con mi hermano y para que sepa usted; yo vivo, me alimento y estudio gracias a él… ¡profe yo ya no aguanto más!, yo quisiera salir corriendo para abrazarlo y pedirle perdón y agradecerle por todo lo que nos ha dado sin reproche alguno y terminar con este dolor. – Qué estas esperando dijo la profe?
Hermano tu que estas ahí leyendo este mensaje… es tiempo de reconciliarte con tu prójimo. “fueron como tres minutos de discusión y hasta ahora han pasado tres años de dolor” ¿cuánto tiempo más quieres vivir sin paz?
Oración final
Padre nuestro que estás en los cielos… enséñanos a perdonar así como tu perdonas a quienes te ofendemos porque muchas veces nosotros no perdonamos, y se tu mi profesor en la vida, para callar cuando debo callar y hablar cuando debo de hablar, y si mi pobre corazón no me alcanza para expresar una frase justa, enséñame el don del silencio porque en muchos momentos difíciles de nuestra vida, él silencio también es una respuesta. Amén.